Este municipio serrano situado en la depresión que separa Sierra Nevada de la Sierra de Huétor, conserva el encanto del pasado y tiene un protagonista en su forma de vida: el agua. La razón de ello es que por este pueblo discurre el río Aguas Blancas, famoso porque, según sus habitantes, siempre tiene el agua clara y cristalina, incluso después de tormentas y temporales.